La movilidad eléctrica: motor de un cambio sostenible en Costa Rica

La movilidad eléctrica: motor de un cambio sostenible en Costa Rica

Costa Rica se ha posicionado como líder regional en el impulso hacia una movilidad más limpia y sostenible. La electrificación del transporte no es solo una meta ambiental, sino también una oportunidad económica y social. En un país donde el transporte representa más del 40% de las emisiones de gases de efecto invernadero, migrar hacia tecnologías eléctricas permite avanzar de forma concreta hacia la descarbonización y cumplir los compromisos asumidos en el Plan Nacional de Descarbonización y la NDC 3.0 (Contribución Nacionalmente Determinada). Este cambio, además, genera un nuevo ecosistema de innovación y empleo, con empresas dedicadas a la instalación de cargadores, mantenimiento de flotas eléctricas y gestión inteligente de la energía.

Para las empresas distribuidoras de energía eléctrica, la movilidad eléctrica representa una oportunidad estratégica. La expansión de puntos de carga, tanto públicos como privados, promueve un uso más eficiente de la red eléctrica nacional y estimula la diversificación de ingresos mediante nuevos servicios tecnológicos. Compañías como el ICE, CNFL y Coopesantos ya están invirtiendo en infraestructura de carga rápida y en plataformas que permiten monitorear el consumo energético de los vehículos eléctricos, fortaleciendo así la confiabilidad del sistema eléctrico nacional y apoyando la transición energética del país.

El transporte público, por su parte, juega un rol esencial en este proceso. La introducción de autobuses eléctricos en rutas urbanas y metropolitanas ha demostrado un impacto directo en la reducción de emisiones y en el confort de los usuarios. Estos vehículos generan menos ruido, vibraciones y contaminantes locales, mejorando la calidad del aire y la salud pública. Además, los costos operativos se reducen significativamente: los buses eléctricos consumen hasta un 80% menos en energía comparado con combustibles fósiles y requieren menos mantenimiento, al no depender de componentes como transmisiones o sistemas de escape.

Desde una perspectiva económica, el ahorro es contundente. El costo por kilómetro recorrido en un vehículo eléctrico es aproximadamente cinco veces menor que en uno a gasolina o diésel, según datos del Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE). A esto se suma la disminución de gastos en lubricantes, filtros y reparaciones asociadas a motores de combustión. En el caso de las flotas corporativas y de transporte público, estos ahorros pueden representar millones de colones anuales, liberando recursos que pueden destinarse a innovación, capacitación o expansión del servicio.

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El camino hacia la movilidad eléctrica es, sin duda, una inversión hacia el futuro sostenible de Costa Rica. Para quienes deseen profundizar en el tema, pueden consultar los siguientes enlaces:

https://www.descarbonizacion.go.cr

https://energia.grupoice.com

https://movilidadelectrica.go.cr